UN LUGAR EN EL CIELO - 10-5-2020 Domingo V de Pascua
UN LUGAR EN EL CIELO
Jn. 14,1-12
DOMINGO V de Pascua– 10-5-2020
En la casa de mi Padre hay un
lugar para todos
P. Ricardo
J. Vielma M.
¿Te
imaginas la vida después de la muerte?, o ¿únicamente piensas en el presente? No
te has preguntado alguna vez en tu vida: ¿dónde está Dios? Son cuestiones
fáciles de escribir pero difíciles para responder, pues estamos ante un
misterio inescrutable.
Hoy nos revela Jesús algo de ese misterio: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí…El
que me ve a mí, ve al Padre. Con ello nos muestra el buen Maestro que
nuestro Dios es UNO Y TRINO, dicho en palabra más sencillas, es un solo Dios,
pero que a la vez es Padre (como creador), es Hijo (como Jesucristo y
Salvador), y es Espíritu Santo (para comprender su obra). En pocas palabras podemos
decir, que en aquella dimensión que
trasciende nuestro entendimiento humano, habita Dios; y es justo allí, el
lugar al que aspiramos ir después de nuestro recorrido en este mundo, donde
Jesús también nos dice hoy: voy a
prepararles un lugar, pues en la casa de mi Padre hay lugar para todos.
Sí, ¡Tenemos
una habitación con nuestro nombre en el cielo!, ¡qué gran misterio es aquél!,
un Dios que incluso antes de llegar junto a él, ha preparado una pieza con
todas las comodidades para ser felices eternamente. No permitamos que aquel
cuarto beatífico quede solo y con nuestro nombre. Construyamos nuestro futuro
en el cielo, que es eterno, antes de centrar todo nuestro esfuerzo humano en
perpetuar ilusoriamente un camino en este mundo finito y con límites.
Hoy en el
día de las Madres agradezcamos a Dios por todas aquellas mujeres que han
cooperado con el Creador, para iniciar nuestro recorrido por este mundo hacia el
cielo, donde también para ellas el Buen Pastor tiene una habitación.
Aclamemos
juntos:
¡Bendice nuestra vida y bendice nuestras madres Señor!
Amén.
Lectura del santo evangelio según san Juan 14, 1-12
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed
también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría
dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar,
volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros.
Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».
Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el
camino?».
Jesús le responde:
«Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al
Padre sino por mí. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre.
Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto».
Felipe le dice:
«Señor, muéstranos al Padre y nos basta».
Jesús le replica:
«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces,
Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos
al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os
digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo
hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a
las obras.
En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí,
también él hará las obras que yo hago, y aun mayores, porque yo me voy al
Padre»
Palabra del Señor
Comentarios
Publicar un comentario