¿QUIÉN ES MI VERDADERO PASTOR? - DOMINGO IV de Pascua– 3-5-2020
¿QUIÉN ES MI VERDADERO PASTOR?
Jn. 6,60-69
DOMINGO IV de Pascua– 3-5-2020
Yo soy la puerta de las ovejas
P. Ricardo
J. Vielma M.
¡Jesús es
el Buen Pastor de nuestras vidas!, es la convicción que como cristianos siempre
debemos tener. ¡Nadie más dirige nuestra existencia!, únicamente Jesús, como
Dios y Señor.
Hoy, IV
Domingo de Pascua, el evangelista San Juan nos presenta la hermosa figura
teológica de Jesucristo como Buen pastor de las almas. Es una imagen muy
característica usada por nuestro Maestro, que podemos comprender en su esencia
verdadera, sólo si por un momento, dirigimos nuestra mirada a la vida del
campo. Nuestro Salvador era un hombre campesino, creció en un ambiente rural.
Lo más seguro que desde niño veía cómo sus padres salían al campo temprano en
la mañana a buscar el bocado de comida, y de adolescente no hay duda que les
acompañaba en la tarea.
Todo el
discurso de Cristo está rodeado de imágenes hermosas tomadas de la vida
campestre. Ovejas, pastores, son las figuras de hoy. Basta que un pastor con su
vara vocifere a cada oveja por su nombre, o las anime con un silbido característico,
para que éstas, al reconocerle, hagan caso a su llamado. Pues de la misma
manera Dios nos llama, y nos convoca con nuestro propio nombre. Su voz resuena
desde lo más profundo de nuestra conciencia y nunca deja de sonar. En las
mañanas, bajo el cantar de las aves, con la brisa fresca de la aurora conjugada
con la luz tenue que nace del horizonte, comienza el Pastor a llamarnos. Al
medio día, no deja de preocuparse por nosotros. Y al ocaso, cierra el redil
para que el lobo de la amargura no tenga cabida.
Pregúntate
junto a mí, ¿qué clase de oveja soy?, ¿escucho verdaderamente la voz del Maestro?,
¿Es Cristo mi pastor?
Meditemos
con San Juan de la Cruz y San Gregorio Magno:
Un pastorcito solo está penado, ajeno de placer y de contento, y en su
pastora puesto el pensamiento, y el pecho del amor muy lastimado. 2. No llora
por haberle amor llagado, que no le pena verse así afligido, aunque en el
corazón está herido; mas llora por pensar que está olvidado. 3. Que sólo de
pensar que está olvidado de su bella pastora, con gran pena se deja maltratar
en tierra ajena, y el pecho del amor muy lastimado. (San Juan de la Cruz)
“Yo soy el buen Pastor, que conozco a mis ovejas, es decir, que las amo,
y las mías me conocen. Habla, pues, como si quisiera dar a entender a las
claras: «los que aman vienen tras de mí». Pues el que no ama la verdad es que
no la ha conocido todavía” (San Gregorio Magno).
Lectura del santo evangelio
según san Juan 10, 1-10
En aquel tiempo, dijo Jesús:
«En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el
aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido;
pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A este le abre el
guarda y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus
ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas camina delante de
ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo
seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños».
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les
hablaba. Por eso añadió Jesús:
«En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los
que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los
escucharon.
Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir,
y encontrará pastos.
El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estragos; yo he
venido para que tengan vida y la tengan abundante».
Palabra del Señor.
Que nos dejemos conducir por el pastor a fuentes tranquilas
ResponderEliminarEl Señor es mi pastor Nada me Falta
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