¿Ayunar en Venezuela?



¿Ayunar en Venezuela?
Mis perspectivas para vivir la cuaresma en un país como el nuestro
Ricardo Vielma
01-03-2017

A partir de hoy se da inicio a los 40 días donde el ayuno, la oración, y la abstinencia marcarían la pauta en el caminar, para acompañar a Jesús en su misterio pascual de su pasión, muerte, y resurrección. Las tradiciones de nuestra patria vuelven a conjugarse con la más delicada liturgia católica y así hacer de la venidera Semana Santa, un momento único y propicio para lograr la conversión de nuestros corazones hacia el plan de Dios. Sin embargo la pregunta de fondo que nos hacemos todos los venezolanos es la siguiente: ¿Cómo cumplir con las penitencias cuaresmales en un país donde pareciera que éstas ya se han venido ejecutando a cabalidad por largo tiempo, y aún más en estos últimos tres años?
          La problemática no se resuelve en justificar, o como se diría en términos de la psicología, compensar con un comportamiento de mero carácter religioso las consecuencias de una cruda y dura realidad padecida por todos, sino en saber darle el sentido trascendente que se merece cada cruz que la realidad venezolana nos presenta día a día y así lograr sentir la compañía divina en medio de las duras circunstancias, pues sólo en la mirada compasiva del Señor podemos descubrir que la esperanza es lo que “nunca se pierde”.
          El ayuno, la penitencia, la limosna, la oración y la abstinencia, son comportamientos que nos recomienda la Iglesia en el tiempo cuaresmal para lograr una mejor vida, y sobre todo una conversión de corazón que se haga vida en la cotidianidad, por lo que no debemos dejarles pasar por alto como simples consejos píos, ¡Señores, más que nunca hoy nuestro país necesita de Santos Cristianos que tiendan su vida a Dios y eleven hacia Él plegarias vivas para que el maligno salga de nuestra patria, y se erradique así todo mal”, pues como dijo nuestro Señor: “esta clase de demonios, sólo se expulsa con la oración” Mc. 9,29
          No podemos pretender llegar a la felicidad fácilmente, ni que la dicha se logra como acto de magia en un abrir y cerrar de ojos, de allí que el Papa Francisco nos diga hoy que: “Nadie va al Paraíso en carroza pues la dificultad de atravesar el desierto forja una esperanza fuerte”. ¡Animo que para llegar a la Resurrección se pasa por el camino de la cruz!
Oremos juntos: Señor Jesús, que el ayuno vivido por muchos cada día, pueda ser convertido en penitencia por la remisión de los pecados y por la conversión de los corazones, que nuestra vida sea una constante limosna de amor hacia los demás, y que nuestra alma sea fuente de oración, para establecer así un pacto indeleble con el buen Dios. Santa María madre de Dios, ruega por nosotros y por nuestra patria.

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